Boletín Informativo

Adiós amigo. ¿Quién fue el Dr. Javier Solorio Lagunas?      

Lety Bermúdez (UCOL)

Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida.
Mario Benedetti

Ahora que nos ha dejado valoramos su entusiasmo, su profesionalismo, su calidez, sus ojos sinceros y su palabra cariñosa de ánimo. Con su partida las Tecnologías de Información y Comunicación pierden un elemento valioso no sólo en la Universidad de Colima, sino en todo el país, y en ello me secundarán quienes tuvieron el agrado de participar en alguno de sus cursos o charlas, en donde nos empapaba con su espíritu visionario.

Aunque en apariencia su materia de estudios estaba lejos de la tecnología (Maestría en Ciencias Médicas por la Universidad de Colima) su experiencia laboral lo trajo a ese camino, donde explotaría al máximo sus afanes. Empezó su carrera como analista de información bibliográfica, en 1977, en la Unidad de Servicios Documentales de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco.

En 1987 llegaría a la Universidad de Colima como Jefe del Departamento de Análisis de la Dirección de Desarrollo Bibliotecario y allí consolidaría su profesionalismo con una serie de roles en la Institución: Director de la Biblioteca de Ciencias de la Salud de 1988 a 1999. Responsable de Proyectos Especiales de la Dirección General de Servicios Bibliotecarios, de 1999 a abril de 2002, Responsable de Proyectos Especiales de la Coordinación General de Servicios y Tecnologías de Información de 2002 a 2009 y Responsable de Proyectos Especiales de la Dirección de Tecnologías para el Conocimiento de 2009 hasta sus últimos días.

Aunque su labor al interior de la Universidad consumía su tiempo, se las arreglaba para participar en otras comisiones, como miembro del Grupo de Trabajo sobre Bibliotecas Digitales del Comité de Aplicaciones de la Corporación Universitaria para el desarrollo de Internet (CUDI), ser coordinador del proyecto de biblioteca digital Iberoamericana y Caribeña UdeC-UNESCO; Profesor del curso en línea “Bibliotecas virtuales” del Consejo Latinoamericana de Ciencias Sociales y, desde luego, participar en varios eventos, donde era una cara conocida y esperada, por mencionar algunos: Enlínea, Coloquio de Bibliotecas, Interfaces, IFLA, etc.

Logros aparte, recordamos con cariño su afable sonrisa y su compromiso con la Universidad, con los alumnos para quienes siempre tenía una palabra amable, y para sus compañeros a quienes regañaba con afecto; más de alguna le quedé a deber pues de muchas me salvó (y creo que no hablo sólo por mí cuando lo digo).

Así las cosas, y aunque muchas veces se diga, no nos ha abandonado, su trabajo seguirá dando de qué hablar pues los proyectos serán concretados en su honor. Se nos ha adelantado, pero sabemos que donde quiera que esté estará bailando algo de son cubano, quizá con un delicioso café, disfrutando a la distancia de un bello atardecer.